23 octubre, 2025

De robar motos a contratar sicarios. La historia delictiva del “Coya” Rojas

0
8F9111C8-A119-4CB7-B694-3303FF17C88B

Esta semana culminó el juicio por el homicidio de “Lalo” Martinez y el intento de homicidio de Adrián Gerónimo, encargado desde la cárcel por el “Coya” Rojas, condenado a prisión perpetua.

Raúl Ricardo Rojas, alias «Coya”, tiene su comienzo delictivo como motochorro, con robos y hurtos de motocicletas. Estaba acompañado por un apodado “Polenta” y Adrián Geronimo «Laburito», apodo que le pusieron por la forma en que hacía referencia a salir a delinquir. Años más tarde, Rojas lo mandó a matar con los sicarios tucumanos.

Ya marcado por la policía, y con varias causas por esos robos, cambió de rubro, se dedicó a robar viviendas con un trabajo de inteligencia previo. Pero encargaba motos robadas.

Los investigadores de esta compleja causa, manifestaron a NORTE YA que Rojas se contacta con un tal “Carancho” en Bolivia, al que le canjeaba motos por drogas.

Además incursiona en otra actividad delictiva, atraco a cambistas en Bermejo y a quienes ingresaban dólares de manera ilegal a nuestro país, que no podían denunciar por tratarse de una acción no declarada. 

Siempre defendido por la misma abogada y hasta se mencionaba en el ambiente que con alguna “ayuda” dentro de tribunales, lograba escapar de los diferentes procesos.

Rojas era seguido de cerca por su crecimiento delictivo, pero se diferenciaba de otros narcos al tener un perfil bajo, sin ostentación de bienes o vehículos.

El “Coya” Rojas crece en poder y continúa ahora con mejicaneadas de mercadería y hojas de coca, mientras tenía vehículos en los que mandaba droga. Así cayó preso el 22 de Marzo del 2017, cuando detuvieron a su gente llevando una carga.

Detrás de las rejas siguió manejando su organización y encargó un doble homicidio a sicarios tucumanos. Cómo demostraron los audios escuchados en el juicio, era una venganza por la desaparición de una importante cantidad de cocaína.

En diciembre del año pasado, su esposa fue detenida con 330 kilos de marihuana y 11 de cocaína secuestrados en un galpón al que llamaban “La Iglesia». Rojas fue condenado entonces a nueve años de prisión por almacenar estupefacientes. Y en el mismo fallo se le impuso seis años a su esposa y penas similares a dos cómplices. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *