Orán: cinco imputados por brindar un servicio de internet paralelo con la señal robada a Telecom

A instancia de una investigación llevada adelante por el fiscal general Eduardo José Villalba, de la Unidad Fiscal Salta, la jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Soledad Hernández, hizo lugar a la imputación recaída sobre Walter Andrés Sosa Orellana, Antonio Alejandro Villafuerte, Walter Rafael Cañamero, su pareja, Melisa Berón, y su hermano Joaquín Maximiliano por haber montado una empresa que proveía de manera clandestina un servicio de internet con materiales y la conexión a la red de propiedad de la prestataria Telecom.
Las imputaciones, en el caso de Sosa Orellana y Walter Cañamero, ambos empleados de Telecom, la empresa afectada, fueron por los delitos de entorpecimiento de telecomunicaciones en concurso real con estafa y hurto, en ambos casos en grado de autores.
Respecto a Berón y Joaquín Cañamero, la acusación fue por entorpecimiento de telecomunicaciones, en grado de partícipe primario, mientras que a Villafuerte se le imputó el delito de estafa, en grado de coautor.
Al presentar el caso, el fiscal general explicó que las imputaciones surgen de actuaciones preliminares que se iniciaron a partir de la denuncia formal presentada por la empresa Telecom a mediados de octubre del año pasado, luego de reunir información sobre las irregularidades.
Explicó que ambos empleados se aprovecharon de su función y de la formación técnica que la empresa invirtió en ambos, pero no para brindar un mejor servicio, sino para «montar» una red ilegal que funcionaba bajo la denominación de WIFINET y Orán Conecta, a través de la cual iniciaron en 2018 una actividad comercial que se extendió hasta el 1° de marzo pasado, cuando la fiscalía solicitó una serie de allanamientos que permitieron desarticular la actividad clandestina.
«Hemos acreditado que este servicio tuvo como destinatarios principales a los vecinos de los barrios 4 de Junio y Maravilla, en la ciudad de Orán, donde la empresa no tenía ningún tendido de red. No obstante, y valiéndose de material y equipamiento de Telecom, los acusados montaron el servicio y lo comercializaron a 96 usuarios», detalló.
«Con el auxilio indispensable del resto de los acusados, Sosa Orellana y Cañamero montaron esta red ilegal, siendo la clave de la maniobra cuatro módems que fueron contratados legalmente a Telecom, a través del cuales obtenían la señal, la que luego reproducían desde dos domicilios, en los cuales se habían instalados antenas emisoras», acusó Villalba.
El fiscal señaló que los ofrecimientos se hacían a través de la red social Facebook y de WhatsApp. En las publicidades, los imputados aducían que WIFINET llegaba a 19 barrios y que contaban con 200 usuarios, por lo que era necesario el pago de 25 a 35 mil pesos en concepto de instalación y un abono mensual de 3 mil.
«Con el auxilio indispensable del resto de los acusados, Sosa Orellana y Cañamero montaron esta red ilegal, siendo la clave de la maniobra cuatro módems que fueron contratados legalmente a Telecom, a través del cuales obtenían la señal, la que luego reproducían desde dos domicilios, en los cuales se habían instalados antenas emisoras», agregó Villalba.
Precisó que «los módems adquiridos consumían un promedio de 600 GB (Giga Byte) por día, cuando el máximo de consumición por contrato era de 350 GB por mes, siendo este un indicador evidente del robo de la señal, la que iba a las casas de los suscriptores captados por los acusados».
Sobre este punto, la querella agregó que también hubo una excavación de 300 metros para tender fibra óptica hasta una de las casas con antena, con lo cual entendió que los imputados tenían previsto ampliar la capacidad de servicio.
La fiscalía destacó que todo el montaje de la red se logró a partir del hurto de material y equipamiento de la propia empresa a la que le robaban la señal. «A modo hormiga, los acusados se apropiaron de dos rollos de fibra óptica, cajas de conectores y cables, routers, accesorios de empalme, bolsos de herramientas y hasta arnés de seguridad», indicó el representante del MPF.
Explicó además que la maniobra fue descubierta a partir de la sospecha que generó que un cliente de Telecom le hizo a conocer a esa empresa en septiembre pasado que le habían ofrecido el servicio de WIFINET, dejando a entrever que esa firma era de Telecom.
Posteriormente, se precisó que Cañamero tenía en la imagen de perfil de su cuenta de WhatsApp el logo de WIFINET, lo cual se advirtió cuando remitió a un superior un certificado médico para justificar una inasistencia laboral. Con este dato, personal del área de Fraude de Telecom pudo establecer que el número del acusado estaba asociado al servicio clandestino de fibra óptica de internet.
El fiscal dijo que en el momento de los allanamientos los imputados enviaron a los clientes un mensaje para informar que tenían problemas técnicos pero que debían pagar igualmente el abono, dado que el servicio se abonaba a mes vencido: «Quedó expuesto el ánimo de ambición que había en ellos».
Villalba resaltó que este montaje ilegal derivó en una saturación que causó, a su vez, una excesiva lentitud del servicio, tanto a los clientes legales como a los que contrataron a las empresas falsas, usuarios que nunca sospecharon del ardid, pues los acusados, al momento de hacer las conexiones ilegales, lo hacían con los uniformes y vehículos de Telecom.